El Gobierno de Mendoza estudia cómo proteger a un testigo que dice conocer adónde está el cadáver de Cristián Guardati, desaparecido desde el 24 de mayo de 1992.
Cita el diario Los Andes: "Micaela Alterio, flamante coordinadora de los Derechos Humanos, que asumió hace menos de dos semanas, dijo que todavía no ha visto el expediente y agregó: 'No tengo mecanismos para garantizar la protección del testigo, eso dependerá de la Justicia y de las fuerzas de Seguridad'”.
Es decir, el testigo reservado del caso Guardati está en apuros. Se sopone que al desaparecido lo desapareció la policía y que la Justicia poco consiguió en la investigación del hecho. Fue en democracia, ergo: siguen los mismos en las dos instituciones, salvo por los muertos, jubilados y echados. Lo mejor para la vida de este testigo es que sea mentira lo que dice.
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