
El mundo financiero asistió ayer a una profunda y generalizada caída en los mercados internacionales que, para los más pesimistas, podría estar anticipando un cambio de tendencia en la economía global (que vive un extendido ciclo de crecimiento), aunque para los más optimistas es sólo parte de un transitorio ajuste de los precios que se hallaban "algo inflados".
La discusión, que ganará en intensidad con el correr de los días, quedó sepultada ayer por la magnitud de las pérdidas, que fueron del 3 al 9% en las bolsas internacionales (el índice Merval, que cedió un 7,5%, fue el que más perdió después del 8,8% de su par de China) y llegaron hasta un 4% en los bonos de la deuda emergente, afectando particularmente a los argentinos. Ver nota completa en La Nación
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