lunes, 28 de junio de 2010

Los enemigos justifican defender la boda gay

OPINIÓN

En este rincón: Cobos, Jaque, De Marchi y el Opus Dei. En el de enfrente el derecho a contraer matrimonio con libre elección sexual.

¿Vos de qué lado estás?

La facilidad para aliarse en contra de los derechos individuales de la gente que tiene la dirigencia mendocina ya no sorprende. Cuando no están consolidando la concentración de la riqueza, los referentes del Poder local se dedican a estigmatizar, restringir y castigar conductas sociales. Para las dos cosas, siempre se ponen de acuerdo.

En el nombre de Dios, de la seguridad, de la Constitución... Siempre hay una excusa para prohibir y castigar. Y casi siempre la misma consecuencia: un negocio. No es este el caso de la alianza política contra el reconocimiento al matrimonio entre personas del mismo sexo, en la que la discriminación de formas de vida distintas a las establecidas por ellos reemplaza al negocio como motor de la causa.

Mientras cerró filas detrás de prohibiciones demagógicas, invasivas de los derechos individuales de las personas, la dirigencia provincial generó una escandalosa brecha entre ricos y pobres definiendo las políticas del Estado en función de los intereses de un puñado de grupos económicos. Como resultado, los ricos son pocos pero cada vez más ricos, mientras los pobres se multiplicaron al mismo ritmo que los expulsados a la marginalidad.

Cobos, Jaque, De Marchi y el Opus Dei simbolizan a la dirigencia mendocina que al mismo tiempo que provoca concentración de la riqueza y exclusión social, estigmatiza, margina y castiga conductas particulares de las minorías. El debate del matrimonio para todos fue víctima del poderoso aparato de la alianza que esta vez se reeditó para defender una causa "moral".

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