miércoles, 7 de febrero de 2018

Macri y Aranguren miman a un sindicalista acusado por el macrismo


El petrolero Pereyra es la contracara de Moyano en el trato de la Nación, a pesar de las denuncias en su contra del Pro neuquino. Es funcional a la política petrolera.

Mientras los sindicalistas que objetan cualquier aspecto de la gestión macrista terminan encausados por los jueces afectos a cumplir los deseos del gobierno y perseguidos por la prensa oficialista y la cadena de trolls que dirige el jefe de Gabinete, Marcos Peña; los que ceden derechos y plata de sus afiliados reciben mimos y arrumacos de los funcionarios nacionales.

Uno de los más mimados sindicalistas por el gobierno de Mauricio Macri es sin dudas el líder de los petroleros privados de Neuquén, Guillermo Pereyra, quien oficia a la vez de senador nacional del Movimiento Popular Neuquino por su provincia. La cúpula macrista lo acurruca, a pesar de que el macrismo provincial lo acusa de cometer todo tipo de delitos en el nombre de sus representados y con los aportes de estos al gremio. El diputado nacional ultra macrista Leandro López denunció en varias oportunidades a Pereyra y no pierde chances de cruzarlo públicamente cada vez que se le abre un flanco para hacerlo.




El petrolero neuquino tiene un prontuario mediático tanto o más pesado que el del camionero Hugo Moyano, devenido en enemigo número uno de la patria macrista.

Para muestra, ver:

- Pereyra SRL

- Pereyra, poder y fortuna

- El gremio de Pereyra pagó 35 millones de pesos a una empresa por hacer lobby


Los motivos de Macri para obviar el prontuario

Macri y su ministro de Energía, Juan José Aranguren, tienen motivos para cuidar a Pereyra, a pesar del macrismo neuquino que lo condena por su actuación sindical y su pertenencia al gobernante MPN. El sindicalista más poderoso de la Patagonia y de todo el sector petrolero del país fue funcional a la política de precarización laboral que promovió el macrismo en Vaca Muerta con el objetivo de hacerle más baratos los costos a las gigantes petroleras que ahí operan.

A principios del año pasado, Pereyra y su socio político Manuel Arévalo, secretario general del gremio de los jerárquicos del petróleo, aceptaron ceder plata y derechos adquiridos de los trabajadores que se incorporaran a los proyectos que se radicarían desde entonces en la famosa formación de hidrocarburos no convencionales. Bajo la figura de un acuerdo petrolero se incluyó la nueva modalidad de trabajo con nuevos parámetros de retribución para los trabajadores en los términos que exigieron las empresas.

Pereyra y Arévalo siguen siendo funcionales al macrismo y a las empresas controlando cada foco de conflicto que se genera entre la mano de obra del negocio petrolero. Y también le dan una mano a Aranguren en su pelea con la conducción de la petrolera estatal YPF.



El martes, en la inauguración de una planta de gas de Tecpetrol, la petrolera de Techint, del multimillonario Paolo Rocca, en el área Fortín de Piedra, de Vaca Muerta, el ministro de Energía no perdió la oportunidad de regalarles un mimo a sus sindicalistas predilectos. Les agradeció a Arévalo y al "senador Pereyra" por el aporte para que la compañía de la multinacional ítaloargentina desembarcara en la formación shale a extraer gas en una operatoria con renta garantizada con los tarifazos a los consumidores y subsidios del gobierno.

El gobernador neuquino, Omar Gutiérrez, y el CEO de Tecpetrol, Carlos Ormachea, tuvieron similar actitud con los gremialistas, que estaban sentados en la primera fila, entremezclados con los periodistas que fueron convocados a una conferencia de prensa.

Pereyra supo alinearse sin fisuras con Hugo Moyano cuando el camionero rompió filas con el kirchnerismo, después de las elecciones presidenciales de 2011. Y ocupó un cargo en el Consejo Directivo de la CGT conformado para acompañar a la conducción del triunvirato que se rompió por la persecución que lanzó el gobierno y sus operadores judiciales contra Moyano desde que el presidente de Independiente se cargó la reforma laboral que pretendía Macri. Esa reforma estaba en línea con la denominada "adenda" al Convenio Colectivo de Trabajo de los petroleros que permitió bajar los costos de la mano de obra en Vaca Muerta.

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