Todos aislados. Esa es la máxima que bajó el gobierno de Celso Jaque a la provincia pos elecciones. El gobernador se encerró a llorar solo la paliza que Julio Cobos le dio el 28 de junio, mientras ordenó encerrar a los mendocinos en el nombre de la gripe.
El aislamiento de Jaque no tiene tiempo límite, el de los mendocinos tampoco. En Mendoza no pasa nada, o si: ya hay cuatro muertos, bajo sospecha de haber caído producto la gripe, y una conducción política sin rumbo conocido.
Todos hablaron de cambios en el gabinete, los funcionarios más políticos y los intendentes del PJ los pidieron a gritos. Nada de eso pasó aún.
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