El subsecretario de Justicia Diego Lavado, calificó de histórica la convocatoria de Celso Jaque denominada Acuerdo Social por la Seguridad de Mendoza. Eso fue ni bien terminó de hablar el gobernador para unas 200 personas que se hacen llamar fuerzas vivas.
Ayer el Polo Social, partido al que pertenece Lavado y el ala más progresista del Ejecutivo que anida en el Ministerio de Gobierno, analizaba cómo abandonar el Gobierno. No se bancan el giro a la derecha en las acciones de Jaque. Hasta ahora escuchaban sin chistar el discurso endurecido del mandatario mientras ponían límites desde adentro a la radicalización del tratamiento de la inseguridad. El viernes, Lavado se mordía los labios para no reaccionar, pero evidentemente a esa altura todavía anidaban alguna esperanza de consevar el nicho que conquistaron en la Administración Jaque.
El Polo Social es presidido por Angélica Escayola, quien fue compañera de fórmula en la interna del PJ del rival derrotado por Jaque, Guillermo Carmona. Encolumna a militantes de los Derechos Humanos y peronistas marginales del aparato partidario.
La primera batalla que libró el grupo dentro del gobierno la ganó. Fue contra el comisario retirado Carlos Rico, denunciado por actividades represivas en la dictadura, quien había desembarcado en la Subsecretaría de Seguridad de la mano del ganso Juan Carlos Aguinaga, a quien le confió el Ministerio de Seguridad Jaque cuando asumió el mando provincial.
Aguinaga y Rico se fueron sin pena ni gloria de la cartera mientras el Polo Social pagó con la renuncia de Pablo Salinas, uno de sus dirigentes más encumbrados, a la Dirección de Derechos Humanos que depende de Justicia. El Polo Social conservó el organismo sentando en la conducción a Alfredo Guevara Escayola.
Lavado, Salinas, Guevara, Escayola..., el Polo Social, interpretan en Mendoza a un sector con buena llegada al gobierno de Cristina Fernández. Jaque no sólo los dejó sin espacio sino que los puso del lado de los culpables.
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