Ernesto Sanz, el candidato cobista que fue elegido como blanco principal de la campaña de denuncias que insinuó el gobierno provincial contra la la "gente de Cobos", era admirado por Celso Jaque. En octubre de 2007 el malargüino eligió al senador nacional como el mejor candidato de la lista del radicalismo mendocino.
En el último tramo de la campaña por la Gobernación, Diario Uno les preguntó a los candidatos de entonces a qué político de las otras listas le gustaría tener en la propia. Jaque, al igual que el ganso Omar De Marchi, eligieron sin dudar a Ernesto Sanz.
Pero en campaña se dice cualquier cosa. Cuando se iniciaba la carrera electoral hacia el 28 de junio, en un intento desesperado por posicionarse en la contienda, el gobierno salió a atacar despiadadamente a Sanz, acusándolo de corrupto por una operatoria que hizo la Municipalidad de San Rafael cuando el radical fue intendente (1999-2003) y no había cuestionado nadie hasta que lo hiciera Alejandro Cazabán, el hombre fuerte del gobierno de Jaque.
El secretario general de la Gobernación tiró al ruedo una causa política contra el hombre que dos años antes era la envidia de Jaque en la boleta radical. La supuesta malversación de fondos de Sanz no está denunciada siquiera en la Justicia y la operatoria pasó sin reparos por el Tribunal de Cuentas y la Fiscalía de Estado.
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