sábado, 26 de septiembre de 2009

La piba también vio halcones y palomas

Beatriz Barbera se fue sin llevarse secretos a la tumba de su carrera política. "El gobernador es una excelente persona", reconoció antes de culpar al nudo que sostiene el armado de poder y gestión de Celso Jaque. La piba del gabinete le echó la culpa de su hartazgo a las malas compañías del mandatario, Alejandro Chiqui Cazabán y Raúl Perruco Leiva, a quienes acusó de entorpecer a los buenos colaboradores del malargüino, entre los que nombró a Mario Adaro, Guillermo Carmona y Silvia Ruggeri.

Bea Barbera vio lo mismo que el presidente de la Corte, Jorge Nancláres: la incapacidad del buen Jaque para conducir a los "halcones y palomas", como definió el supremo a la división entre el ala mala y el ala buena del jaquismo, de la tropa que formó para gobernar.

Cazabán y Leiva son los estrategas del gobierno y los administradores del poder de Jaque. Chiqui maneja el gobierno con las facultades de ministro coordinador que le asignó Jaque a la Secretaría General de la Gobernación, mientras Perruco regentea la rosca con empresarios y políticos desde la jefatura de asesores del Ejecutivo.

Juan Carlos Aguinaga dejó el Ministerio de Seguridad antes de que se cumplieran los seis primeros meses de gobierno, lapso en el que Jaque bajaría 30% cantidad de delitos en la provincia. Ante los medios, el ganso le echó la culpa de su desgraciada gestión al entonces director de Derechos Humanos, Pablo Salinas, al periodista Horacio Vertviski y al gobierno nacional. En realidad, todos los factores que conspiraron contra Aguinaga, salvo su propia incapacidad, fueron sostenidos y alentados por el dúo Cazabán-Leiva.

Unos meses después, dejó el Ministerio de Gobierno Juan Marchena, presidente del PJ, acusando directamente a Cazabán de impedirle desarrollar un plan desde la cartera política. Las críticas de Marchena alcanzaron al secretario general de la Gobernación y por elevación le dieron a Jaque.

El presidente de la Suprema Corte, Jorge Nancláres, le echó la culpa a Cazabán por los enfrentamientos que el poder que lidera ha mantenido con el Ejecutivo. Acusó al secretario de la Gobernación de perjudicar presupuestariamente a la Justicia, impidiendo que se concreten transformaciones que luego exige en duros términos por los medios de comunicación.

Después de las elecciones del 28 de junio, muchos intendentes peronistas y más de un ministro culparon a Cazabán por la humillante paliza que el cobismo le dio al gobierno en las urnas. Puertas adentro de la Casa de Gobierno, Mario Adaro, ministro político de Jaque, se enfrentó duramente con el hombre fuerte del gabinete, a pesar de lo que se mantuvo en su puesto.

Ahora todo indica que Jaque hará nuevas modificaciones en el gabinete. Probablemente no sólo cambie nombres sino que se espera que opere un cambio de la estructura ministerial.

De todos modos, el eje del mal conformado por Cazabán y Leiva tiene trabajo asegurado hasta el fin del mandato de Jaque, por lo que sino son reemplazados todos los críticos del binomio virtualmente está a cargo de la rosca y de la gestión la crisis acompañará a Jaque hasta el último de sus días en el sillón de San Martín.

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