viernes, 6 de noviembre de 2009

López Puelles ninguneó al PJ de Rivadavia, echó a Lauro y favoreció al cobista Del Río

Cobistas. El diputado Soria y el intendente Del Río con los alumnos

Carlos López Puelles no leyó la Biblia de la política ni los 10 mandamientos del peronismo antes de hacerse parte visible del gabinete de Celso Jaque. En el caso de la alumna que denunció a 11 estudiantes por abuso sexual perpetrado en una hora libre de la secundaria Félix Scarso, actuó con la lógica de un político novato: fue tan drástico como interpretó que se lo pedía un supuesto clamor popular del momento, pero en esa salida se llevó puesto al Partido Justicialista de Rivadavia.



El viernes 30 de octubre, el director general de Escuelas resolvió separar del cargo a la directora de la institución, Adriana Lauro, sin considerar un desesperado pedido de prudencia de la dirigencia del partido del departamento. Desde el jueves, los peronistas rivadavienses le avisaron a López Puelles que la docente tenía consenso en la comunidad educativa de su establecimiento, reveló un dirigente departamental con proyección provincial que sigue indignado con el más nuevo de los miembros del gabinete.



Un encumbrado dirigente de la estructura partidaria llamó por teléfono al jefe de Educación para ilustrarle la situación y recomendarle que antes de sancionar a la directora militara la decisión en la escuela. Antes de que se comunicara la sanción a la docente, el peronista esteño le anticipó al funcionario que una sanción firmada en el despacho de la Casa de Gobierno y ejecutada en la escuela por un subordinado sin una previa preparación del campo ocasionaría una rebelión contra la DGE en Rivadavia.



López Puelles desoyó la advertencia y las consecuencias adelantadas por la dirigencia del PJ rivadaviense se cumplieron tal cual fueron anticipadas: el lunes siguiente a la comunicación de la sanción, los alumnos de la escuela se negaron a entrar al establecimiento y junto a un grupo de padres reclamaron la restitución del cargo a la directora sancionada. En el centro de Rivadavia se escucharon insultos a coro para el conductor de la DGE y para la política de la cartera.



Lauro es militante peronista, al punto que en la última campaña aportó una movilidad a la estructura departamental del partido, que está a punto de cumplir 10 años trajinando en el llano. Pero la directora también tiene un fuerte predicamento en la escuela que dirige, tanto entre los alumnos como entre los padres.



Su destitución cayó mal en la comunidad educativa de la escuela Scarso y revolucionó la ciudad de Rivadavia. La DGE fue impotente ante la protesta de los alumnos con los padres que se fue recalentando con el paso de los horas. Al final, la directora Lauro salió de la institución abrazada con el intendente cobista Gerardo Del Río, quien logró calmar algo los ánimos de los manifestantes.



Ni los peronistas de Rivadavia ni Del Río pidieron inmunidad para Lauro, sino que anticiparon a la DGE que la situación exigía prudencia. En la política departamental, los peronistas consideran que López Puelles actuó con imprudencia por desconocer el trabajo de la directora Lauro con la comunidad educativa y desoír los consejos de los militantes partidarios locales que conocen el paño perfectamente. Los peronistas exclaman un doble lamento frente a las consecuencias de la actuación de López Puelles: alejó a los dirigentes del partido de la comunidad educativa y favoreció al cacique cobista que capitalizó la crisis interpretando y amplificando el reclamo.

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