viernes, 6 de agosto de 2010

Tendencia: parientes de los intendentes que saltan al Congreso heredan las comunas

Al ganso Omar Parisi le estalló una crisis política no bien se extendió la sospecha de que impulsaría a su esposa Marisa Garnica como candidata a intendenta en 2011. El aparato del Partido Demócrata de Luján pateó el tablero al convencerse de que el intendente apelaría al modelo de sucesión familiar para intentar conservar el poder sin exponerse a una nueva reelección.

Así como Cristina Fernández sucedió a Néstor Kirchner en la era K o Alberto Rodríguez Saá recibió el poder de su hermano Adolfo en San Luis, a quien se lo devolverá en 2011, en algunos municipios mendocinos prendió el modelo familiar de sucesión política. Por lo general, los intendentes que se reeligen no tienen problemas en la mitad de sus mandatos para designar a dedo a un sucesor, o al menos al candidato oficialista para el cargo, aunque sea un familiar el elegido.

Para eso, el caudillo debe ejercer la conducción del partido oficialista a la par de gestionar la comuna. Parisi no sólo carece de poder dentro del aparato, tampoco goza de la confianza de los líderes partidarios, quienes le recriminan la cercanía política con Celso Jaque y la concentración de las decisiones en su núcleo familiar. En la factura que le pasan los gansos a Parisi está la derrota en las elecciones de 2009, cuando el cacique se mantuvo prácticamente al margen de la campaña.

La situación política de Parisi es más complicada que la que aprovecharon otros caciques para imponer a un familiar como sucesor. Con todo el PD en contra y apuntando a la cabeza de la esposa del intendente, el Concejo Deliberante se apoyó en "quejas vecinales" para aprobar una investigación por presuntas irregularidades en la Policía Vial del municipio, organismo que es encabezado por Gabriel Garnica, hermano de Marisa.

A Parisi, sin haber oficializado nada, se le complicó la interna más que a otros que efectivamente traspasaron la Intendencia a un pariente.

Parientes perfilados como sucesores

El intendente de San Martín Jorge Giménez es uno de los que tienen esta estrategia entre las opciones con mayor factibilidad de cara al futuro.

Giménez contempla ir por la reelección que le de el tercer mandato consecutivo, convencido de que es el mejor candidato del oficialismo y decidido a traspasar el mando sólo a alguien de su núcleo íntimo. Si las urnas lo consagran nuevamente en San Martín, tendrá un argumento más para sustentar su inclusión entre los candidatos peronistas al Congreso en 2013, cuando se cumpla la mitad de su tercer periodo en la comuna.

De conseguir Giménez un lugar en el Parlamento, crecerían las posibilidades para que Batolomé Robles, yerno del jefe comunal, acceda a la intendencia de forma interina pero hasta el final del mandato, en 2015. El marido de la hija del intendente es el presidente del Concejo Deliberante, cargo que debería ostentar en 2013 para llegar a la intendencia si su yerno la deja para seguir la carrera política desde otro lugar. En ese caso, también tiene algunas chances Cristina Pérez, ex esposa y socia política de Giménez, de ser la elegida para completar los últimos dos años del próximo periodo de gestión.

La lista de jefes comunales que tienen hermanos perfilados para sucederlos tiene más inscriptos. Fabián Miranda, hermano de Rubén, el intendente de Las Heras, tiene planes de pasar de la Legislatura a la Intendencia lasherina si el actual intendente decide darle otro rumbo a su carrera. El cacique en funciones preside el PJ provincial y tiene chances ciertas para saltar de la municipalidad al Congreso y hasta de terciar en la discusión por el postulante peronista a la Gobernación.

No obstante, nada sacará a Rubén Miranda del casillero de intendente de la lista del PJ si los sondeos preelectorales revelan que sin su postulación es imposible retener la comuna para el partido. En ese caso, la salida de la intendencia podría producirse en 2013 posibilitando el acceso de Fabién Miranda al poder sin necesidad de ganar una elección. Si Miranda decide no ir por otro mandato en Las Heras, su hermano tendría que asumir el rol protagónico de la campaña si fuera el elegido por el PJ.


Los hermanos sean unidos

En La Paz, Sergio Pinto no tuvo obstáculos para dejar a su hermano Gustavo al mando de la comuna para irse él como ministro de Desarrollo Social de Julio Cobos, en 2005, cuando transcurría la mitad de su tercer periodo como intendente. El sucesor asumió la presidencia del Concejo Deliberante, con lo que heredó el sillón de su hermano interinamente hasta que fue electo por cuatro años más en 2007.

Tampoco tuvo problemas Dante Pellegrini en Junín para imponer a su hija Adriana como candidata del PJ a sucederlo en 2003, cuando cumplió el cuarto mandato consecutivo al frente del municipio. En la general, la hija del caudillo fue derrotada por el radical Mario Abed.

En Maipú, el peronista Adolfo Bermejo no encontró obstáculos para pasarle el mando comunal a su hermano Alejandro en la mitad de su tercer periodo, cuando accedió a la banca de la minoría en el Senado de la Nación encabezando la lista del oficialismo que fue vapuleada por la de Cobos, el 28 de junio de 2009. El ex intendente apeló al nepotismo como antídoto contra un mal que sacó de carrera a sus antecesores en la conducción comunal.

El ex intendente maipucino consolidó su liderazgo departamental destronando a su mentor, Francisco Chiqui García, quien le cedió la intendencia en la mitad del segundo mandato para proyectarse desde el Congreso a la Gobernación. García había actuado igual con Hugo Bordín, el viejo caudillo peronista que se impuso en Maipú en 1983, a pesar de la holgada victoria radical en la provincia. Bordín y García fracasaron en la carrera a la Gobernación al mismo tiempo que fueron desplazados del liderazgo departamental por quienes los sucedieron.

En San Rafael también se produjo una sucesión familiar en la conducción del Gobierno comunal. Omar Félix dejó la comuna bajo el ala de su hermano Emir en la mitad su segundo mandato, para asumir la única banca en Diputados de la Nación que obtuvo el PJ local en 2009. El oficialismo sanrafaelino no estalló contra la designación a dedo.

Dos años de campaña en el gobierno

Alejandro Bermejo y Emir Félix no fueron electos intendentes, en 2009, ambos ganaron bancas de concejales en sus departamentos y no bien asumieron fueron elegidos como presidentes de los respectivos Concejos Deliberantes, por ordenes políticas de sus hermanos. Necesitan ganar una elección para legitimarse, están en campaña para concretarlo en 2011.

El sanrafaelino era legislador provincial, mientras el maipucino se desempeñaba como secretario de Gobierno en la comuna. La lista de Félix ganó en San Rafael, la de Bermejo en Maipú no.

La estrategia más repetida entre los intendentes que direccionan la sucesión hacia un familiar implica el traspaso de mando en la mitad de un periodo, de manera que el cacique en ejercicio asegure la reelección dos años antes de pasarle el poder al elegido para continuar, quien administrará el aparato del Estado y dispondrá de la chapa del intendente dos años antes de postularse para el cargo. La movida suele cranearse con anterioridad a la reelección del cacique que dejará el cargo en la mitad del mandato.

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