miércoles, 15 de agosto de 2018
Gas a Chile: negocio redondo para las subsidiadas de Vaca Muerta
Esta semana se explicitarán las reglas para la exportación de gas argentino a Chile, que anunció el gobierno para darle salida al excedente en las épocas de menor consumo en el país, fundamentalmente, confirmó el martes el ministro de Energía, Javier Iguacel. Si bien dijo que los importadores chilenos pagarán "poquito" más que el valor de mercado en Argentina para el gas, no precisó un precio de referencia para las operatorias de exportación.
En el país, el gas cotiza en torno a los 4,50 dólares por millón de BTU, en promedio. No obstante, una porción del volumen que se produce en Vaca Muerta obtiene 7,50 dólares por millón de BTU gracias a los subsidios que paga el gobierno nacional en línea con lo dispuesto por la resolución 46 del ex ministro de Energía, Juan José Aranguren, que dispuso sostener ese precio con fondos públicos con el fin, justificó, de incentivar la producción. El precio sostén rige sólo para los proyectos que fueron aprobados por el gobierno y alcanza nada más que a la parte de la producción que excede los niveles del año pasado. La principal beneficiada fue Tecpetrol, de Techint, que inició su producción e Fortín de Piedra con la resolución 46 y cobra precio subsidiado por todo el gas que vende.
De todos modos, la reapertura de las exportaciones de gas a Chile será un negocio redondo para las petroleras subsidiadas de Vaca Muerta. En caso de que los contratos con los importadores trasandinos contemplen precios superiores al fijado en la resolución 46, ganarán más plata por esa vía que entregando al mercado local; mientras que, si la demanda trasandina paga menos de 7,50 dólares por millón de BTU, no tendrán motivos para cambiar el destino actual de su producción, que mantendrá los niveles de requerimiento gracias a que los envíos al país vecino moderarán la oferta para el mercado interno. En el segundo escenario, sería más barato el gas que vaya a Chile que el de consumo interno con subsidio.
Las exportaciones comenzarán dentro de un mes, días más o menos, cuando, por cuestiones estacionales, empezará a mermar la demanda local de gas. Desde entonces y hasta el final del verano, el consumo interno se mantendrá por debajo de los niveles de producción actuales tonificados por el impacto de las crecientes perforaciones en Vaca Muerta. El gas nacional no se almacena, con lo cual un recorte en la demanda implica una caída en la producción.
El interés importador chileno apareció, entonces, como la alternativa ideal para la producción excedente de Argentina. Se utilizarán para la operatoria dos gasoductos que atraviesan la cordillera desde Mendoza hasta la periferia de Santiago y desde Neuquén hasta la región del Biobío. La matriz energética del país trasandino depende fuertemente de fuentes adquiridas en el extranjero. En ese escenario, el gas argentino cuenta con claras ventajas competitivas.
La semana que viene quedarán aprobados los primeros envíos a Chile. Iguacel adelantó que hay tres pedidos de exportación listos para ser aprobados y uno más en evaluación. Antes, el ministro tiene que firmar la resolución que fijará las condiciones para la operatoria.
El jefe del Ministerio de Energía reveló sólo los trazos gruesos del plan exportador en una rueda de prensa ofrecida en la base de operaciones de YPF en Vaca Muerta, ubicada en Loma Campana, el área pionera en la explotación de la formación no convencional. Hasta ahí llegó con una comitiva que incluyó al jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Producción, Dante Sica, además de una delegación de dirigentes empresariales del país. Todos participaron después del Foro de Líderes Empresarios del Comahue, que organizó el Business 20 y el gobierno de la provincia.
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