viernes, 20 de febrero de 2009

¡Que sea zurdo!


Diego Armando Maradona se convirtió ayer, a los 48 años, en abuelo al dar a luz su hija menor, Gianinna, a un niño llamado Benjamín, fruto de su relación con el jugador del Atlético de Madrid Sergio Agüero, según confirmó el centro médico de Madrid donde se produjo el parto.

"Benjamín Agüero Maradona ha nacido a las 19 y pesó 3,660 kilos. El parto se ha desarrollado sin complicaciones y el estado de la madre y el recién nacido es satisfactorio", explicaron los médicos. Leé más en La Nación

La carta astral
Según una carta astral del portal del diario El Mundo, de Madrid, va a ser artista.

"El proyecto de futbolista más esperado de la historia, poco más de tres kilos y medio concentrados en 50 centímetros, llegó al mundo con casi una semana de adelanto. Vio la luz un 19 de febrero a las 19.02 (hora en España) y sobre él pesan ya, de qué manera, los apellidos de dos genios del balón. Lo precipitado de su alumbramiento no le ha impedido nacer bajo el influjo de Piscis. No debiera carecer, por tanto, de una poderosa imaginación, de una intuición extraordinaria. Afirman los astros que Leonel Benjamín Agüero Maradona desarrollará un talante poético, iluminado, genial, romántico y abnegado", publicó el diario madrileño en una ingeniosa vuelta a una noticia que la tenían todos los medios del mundo. Leé la nota en El Mundo

1 comentario :

  1. ¿Ingeniosa vuelta? ¡Andá! Una reverenda pelotudez lo que hizo El Mundo.
    Pensemos en el día del nacimiento del Diego: 30 de octubre. Es decir, cumple los años el mismo día que los cumplían los escritores F. Dostoievsky, Paul Valéry, Ezra Pound, Thomas Wolfe y Miguel Hernández; el mismo día que el biólogo Jean Rostand; el mismo día que el filósofo José Ferrater Mora; el mismo que el cineasta francés Louis Malle; hasta el mismo que el cantante Salvatore Adamo. Ningún futbolista, no está nada mal.
    Una buena vuelta de tuerca habría sido repasar cuántos nietos e hijos de futbolistas alcanzaron la altura de sus predecesores. Habría ejemplos, pero habrían sido pocos. Así que por cuestión estadística, y a pesar de los genes, la tendencia sería: es probable que no sea futbolista y es probable que, de serlo, nunca sea tan bueno como Agüero ni menos como Maradona.

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