Si Celso Jaque acepta afinar en $100 millones el volumen de endeudamiento que pretende que le apruebe la Legislatura, el Frente Cìvico Federal cambiaría su postura y quedaría saldada la mediática discusión que se mantiene en la primera plana desde hace semanas. Pase lo que pase, nadie le quitará a Alejandro Cazabán su mejor golpe político desde que asumió como secretario general de la Gobernación de Jaque: su estrategia logró quebrar al frente cobista, en el que las heridas seguirán sangrando sea como sea la resolución del endeudamiento.
Durante el pasado fin de semana, los frentistas -UCR, CONFE y partidos aliados- fueron y vinieron tratando de encontrar un acuerdo de grupo. De todos modos, la salida cortada de los caciques radicales Eduardo Giner, de Tunuyán, y Víctor Fayad, de Capital, dejará huellas difíciles de disimular en el camino futuro de la colisión que lidera el vicepresidente en Mendoza.
El principal grupo de oposición le propuso al gobierno la autorización para contraer una deuda que traspase el déficit de la gestión anual a los años venideros siempre y cuando la deuda que se asuma no supere los $350 millones de pesos. El margen de endeudamiento que el cobismo aceptaría fue creciendo con el correr de los días.
El sábado, en este grupo se hablaba de no negociar la autorización si la cifra superaba los $250 millones. Pero luego hubo opiniones de peso que inflaron el número hasta $350 millones. Alfredo Cornejo, intendente de Godoy Cruz, fue uno de los promotores de la creciente tolerancia.
Para los radicales ya no es tan importante la defensa de la plata de los mendocinos, lo que más importa es que Jaque pague el mayor costo político por el endeudamiento que necesita para tapar los agujeros que su gestión produjeron en las cuentas públicas.
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