martes, 24 de noviembre de 2009

Tenía todo para brillar pero se incendió



El hospital de niños Humberto Notti es un espejo de la provincia. Tenía todo para brillar pero se incendió. En el centro sanitaria las llamas fueron reales, el domingo obligaron a evacuar a la gran mayoría de los pibes internados y causaron pánico a los familiares que los cuidaban.



Desde el subsuelo del hospital, el fuego desnudó la desidia en la conducción del Estado provincial. Entre los evacuados, había chicos que llevaban internados más tiempo del que su patología requería. Las cirugías del centro sanitario no se realizan con el ritmo para el que está capacitada la infraestructura y los equipos humanos porque el equipo de aire acondicionado está dañado y en los quirófanos no se aguanta el calor.



En realidad, en todos los servicios del Notti los pacientes, sus familiares y los empleados del hospital viven sofocados porque la administración no dispuso de entre $80.000 y $100.000 que cuesta la reparación del equipo de frío. La cartera de Salud dispuso para este año un presupuesto de $770 millones, pero no pudo destinar esa suma en los cinco meses que lleva el aire inutilizado.



Con las llamas vivas, algunos padres de chicos internados comprobaron la desesperación del personal del hospital frente a matafuegos cuya vigencia estaba agotada y sin plan serio de contingencias. La directora del centro sanitario, Viviana Vallone, salió el martes siguiente al incendio a desmentir la realidad.



La funcionaria exaltó la efectividad del plan de contingencias, a pesar de que muchos niños terminaron siendo arrastrados a mano hasta una panadería de las inmediaciones del nosocomio, mientras los consultorios externos del Notti, ubicados fuera del edificio siniestrado, permanecieron cerrados bajo llave. Vallone también reivindicó la funcionalidad del grupo electrógeno que el nosocomio tiene para casos de cortes de electricidad, aunque el mismo no sirvió de nada el domingo.



La directora del Notti ensayó extrañas explicaciones antes de terminar reconociendo que un grupo electrógeno que aportó un familiar de un chico internado en terapia fue el que se usó para restituir la electricidad a ese sensible sector del nosocomio. Verónica Checere, la esposa del hombre que llevó el generador, contó que su hijo recibió asistencia respiratoria manual durante el lapso entre el corte provocado por el incendio y la puesta en marcha del grupo electrógeno que su marido conectó.



Los familiares de los chicos internados, los médicos pediatras, los especialistas y políticos de provincias limítrofes y la opinión pública mendocina en general conoce y reconoce la valía de los equipos médicos del Notti. Los responsables de la política de Salud provincial y de la institución en particular incendiaron la atención con el brillo de las luces que la alumbran.

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