sábado, 17 de abril de 2010

El mercurio contaminó la interna del Gobierno

El mercurio contaminó la interna en el Gobierno de Celso Jaque. Ayer, mientras miles de mendocinos se alarmaron por la posibilidad de consumir agua contaminada a través de la red de Obras Sanitarias Mendoza, los funcionarios de la administración provincial rosqueaban sobre cómo comunicar la noticia y a quién responsabilizar frente a la Justicia.

La situación enfrentó al ministro de Infraestructura, Francisco Pérez; con Guillermo Carmona, titular de Ambiente, y Jorge Villalón, el hombre fuerte del Departamento General de Irrigación que responde al líder del sector azul del peronismo, Juan Carlos Mazzón. El mercurio se metió en la interna gubernamental justo cuando Carmona amagaba a lanzarse como pre candidato a gobernador y voces del sector azul, como la del intendente de San Martín, Jorge Giménez, se levantaron para golpear al gobierno.

Una hipótesis inicial sembrada desde el propio Gabinete sobre la posibilidad de que la contaminación del agua fuera consecuencia de un sabotaje puso en jaque a la Intervención del ente, encabezada por Gonzálo Dávila y directamente ligada al ministro Pérez. Mientras que la hipótesis que finalmente llevó el Gobierno a la Justicia dejaría en evidencia que la Secretaría de Ambiente, y el Departamento General de Irrigación, dominado por Villalón, aunque conducido formalmente por Eduardo Frigerio, no cumplieron con sus obligaciones de control.

Desde las 13, cuando fue detectado un nivel inadmisible de mercurio en el agua que entraba a dos plantas potabilizadoras de las cinco que proveen al Gran Mendoza, hasta entrada la madrugada del sábado, cuando terminó la reunión del Comité de Crisis que encabezó el vice gobernador, Cristian Racconto, los pesos pesados del Gobierno estuvieron más preocupados en deslindar responsabilidades que en las implicancias del suceso para la salud de la población. Se echaron a correr versiones sobre un presunto sabotaje dentro del proceso de potabilización, a cargo de OSM, mucho antes de que oficialmente se avanzara en la denuncia penal contra una industria química que opera a la vera del canal Cacique de Guymallén, a la altura de La Puntilla en Luján.

Si una empresa productora de lavandina contaminó con mercurio el agua cruda que alimenta a las plantas potabilizadoras Alto Godoy y Benegas, como sospechaba el Gobierno anoche, es porque la Secretaría de Medio Ambiente y el Departamento General de Irrigación no cumplieron con su obligación: monitorear los efluentes de una empresa que estaba en la mira por el poder potencial de contaminación que su actividad representaba. La industria está operando bajo un sistema de monitoreo especial a cargo de Ambiente después de que el año pasado debiera paralizar sus actividades por la detección de un nivel superior al admitido de mercurio en el suelo.

Ese elemento que convirtió a la empresa en potencial contaminadora con mercurio del agua del canal Cacique habría sido detectado por sus propios técnicos y denunciado por los ejecutivos de la compañía antes de que lo advirtiera Irrigación, el organismo oficial que tiene el poder de policía en la materia. Ni antes ni ahora, cuando el agua de dos plantas potabilizadoras fue contaminada por mercurio, Irrigación y Ambiente se dieron cuenta. La primera vez lo detectó la empresa y ayer fueron los técnicos de OSM los que encontraron niveles inadmisibles de mercurio en el agua que finalmente llegaría por la red a miles de mendocinos.

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