domingo, 4 de noviembre de 2012

El PJ, Iglesias, Fayad y el fuego mediático de Vila y Manzano acorralaron al jefe de la UCR


A pesar de tener un amplio control sobre los órganos institucionales de su partido, el jefe de la UCR de Mendoza, Alfredo Cornejo, está acorralado. El peronismo, el kirchnerismo, Fayad, Iglesias y el poder de fuego del grupo ecónomico Vila-Manzano se complotaron para reducir al mínimo la incidencia de la construcción partidaria de Cornejo en el futuro político del intendente de Godoy Cruz.
Si fuera por las decisiones orgánicas, Cornejo no tendría rivales para ser candidato a gobernador del radicalismo o de la coalición que la fuerza integre en 2015. Pero el otrora operador se ganó una cantidad de enemigos que ahora ponen en riesgo la eficiencia de la construcción de poder partidario. Y, para colmo, en los últimos meses al intendente radical le surgió un nuevo enemigo: el grupo Vila-Manzano, que le factura al cacique sus posiciones contrarias al emporio empresario con mayor poder fuego mediático de la provincia.
El jefe de la UCR tenía buena relación con el grupo hasta que Daniel Vila y José Luis Manzano le bajaron el pulgar mientras un grupo de dirigentes cornejistas molestaba intereses del holding, como la investigación de corrupción en la Fiscalía de Estado, que incluía sospechas de favores a la empresa Dalvian, de la familia Vila, o la revisión de la concesión de áreas petroleras, que tiene como protagonista a una compañía del conglomerado empresario que encabezan el hijo de Alfredo Vila y el ex ministro del Interior de Carlos Menem. Desde entonces, la foto de  Cornejo está pinchada con alfileres en el tablero de operaciones del multimedios, que habilitó mil campanas para multiplicar cualquier ataque, interno o externo, masivo o particular, contra el jefe de la UCR.
Cornejo declinó su candidatura a la Gobernación en 2011 a favor de Roberto Iglesias como primera acción de una estrategia que fijó como principal objetivo conquistar el Sillón de San Martín en 2015. A cambio de bajarse, el intendente de Godoy Cruz se quedó con la mayoría de los cargos legislativos y de los órganos partidarios, dejando en minoría al ex gobernador Roberto Iglesias  y al intendente capitalino Víctor Fayad.
Ahora, los dos dirigentes se sumaron a la estrategia del gobernador Francisco Pérez para poner en primer plano la reforma de la Constitución de Mendoza con la habilitación de la reelección. Fayad e Iglesias fogonearon el “quiebre” de la UCR después de que Congreso partidario resolvió por amplia mayoría que los bloques legislativos del partido rechazaran el tratamiento de la reforma, en consonancia con los representantes del Partido Demócrata.
Tres senadores iglesistas y uno que llegó de la mano de Ernesto Sanz hicieron rancho aparte en la Cámara Alta hicieron rancho aparte para servirle al oficialismo los votos que le faltaba para activar la discusión parlamentaria de la necesidad de la reforma de la Constitución. La declaración rupturista de los radicales díscolos afianzó el “quiebre” del partido de Cornejo, además de debilitar la posición del radicalismo en la Legislatura.
El  Gobierno musicalizó la actuación de los radicales reformistas con la banda de sonido dirigida por el ministro político Félix González, quien fue entusiasmando el movimiento de brazos motivado por el efecto de la ruptura de la UCR. Se aclaró la melodía que suena en los oídos del Gobernador.
Mientras tanto, el oficialismo sembró una “guerra de guerrillas” en el territorio y la Municipalidad del cacique que conduce al radicalismo. Dos agrupaciones kirchneristas son las principales ejecutoras del plan municipal para limar a Cornejo: La Cámpora y el MUP, de Mariano Maure, concejal en Godoy Cruz.
Ni los principales aliados en la interna radical son funcionales a la estrategia de Cornejo. Tanto Julio Cobos como Ernesto Sanz tienen proyectos personales que no le garantizan al presidente provincial de la UCR el sostenimiento de una alianza para pelear por la Gobernación. Si el ex vicepresidente se decide a intentar el regreso al mando provincial, le arruina el plan a Cornejo, quien especula con una reaparición de Cobos en el teatro nacional que lo saque de la competencia local.
En ese caso, el ex gobernador quedaría enfrentado con otro aliado coyuntural de Cornejo, el senador nacional Ernesto Sanz, quien ya se lanzó al ruedo como pre candidato presidencial para 2015. El sanrafaelino no tiene pretensiones provinciales, algo que favorece a Cornejo, pero tampoco le asegura al mandamás del partido que sus alfiles permanecerán fieles a la causa. Ni Cobos ni Sanz precisan la construcción interna provincial de Cornejo, la principal arma del intendente en este lío.
Pero el plan B del cacique si inquieta a ambos radicales porque incluye un acuerdo de la UCR provincial con Mauricio Macri. Cornejo tiene aceitada la vía institucional entre Godoy Cruz y la Ciudad de Buenos Aires y en el plano de la construcción mantiene un acuerdo con el diputado nacional Enrique Vaquié, componedor en las sombras de lazos electorales entre el radicalismo y el macrismo, que en Mendoza también despierta interés en sectores representados en la cúpula del PD.

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