jueves, 25 de mayo de 2017

Más gas y menos petróleo, la tendencia neuquina que definió Macri con sus subsidios para Vaca Muerta


Cae la producción de petróleo y aumenta la de gas en la cuenca neuquina. La tendencia es una de las resultantes previstas por la política hidrocarburífera que delineó Juan José Aranguren a pedido de Mauricio Macri.
El desempeño de la producción en ambos casos está directamente relacionado con los efectos de la actuación del Estado, que dispuso subsidios millonarios para garantizar un precio sostén para el gas sacado de Vaca Muerta, muy por encima de la cotización en los mercados globales, al mismo tiempo que despojaba de aditivos al precio del petróleo con la meta de llevarlo cuanto antes a los deprimidos valores de comercialización internacional. 

El plan gubernamental para Vaca Muerta se centró en la promoción de la extracción de gas, un producto que tiene como destino el mercado nacional. El subsidio para asegurar un precio extraordinario a la producción es una carnada tentadora para los capitales hambrientos de buenos negocios en el sector energético. El gobierno asumió los costos de la cesión acuciado por la crisis energética y las dificultades para atraer inversiones productivas.

El precio inflado por los subsidios concentró la atención de las empresas en la producción de gas, en desmedro de la extracción de crudo. Los datos sobre el volumen de producción de uno y otro producto no hacen más que confirmar las consecuencias previsibles del plan hidrocarburífero del gobierno nacional, que tiene en Vaca Muerta su principal foco de atención.


El aporte monetario del Estado fue determinante para consolidar una tendencia con la producción de gas en alza y la de petróleo en baja, pero no alcanzó por sí solo para satisfacer las exigencias planteadas de antemano por los dueños del destino de los capitales apuntados por el gobierno para atraerlos a Vaca Muerta. También fue necesario que los trabajadores aceptaran modificaciones al Convenio Colectivo, que implicaron un recorte de ingresos y un endurecimiento de las condiciones de trabajo. 

La flexibilización laboral y la cotización del producto por encima de los valores internacionales son la columna vertebral del promocionado Acuerdo Petrolero, que se completó con un compromiso de inversiones por parte de los empresarios del sector. El documento fue firmado por los representantes sindicales del sector petrolero de Neuquén, el gobierno nacional y una representación empresarial. Consignó de forma concreta los aportes del Estado y de los trabajadores, no así la parte que le correspondía a los empresarios.

 La flexibilización del convenio de los trabajadores y los subsidios que pone el Estado quedaron definidos sin margenes para evadirlos, en cambio, la materialización de las inversiones quedó a criterio de los empresarios, sin ningún condicionamiento.

Las expectativas de inversiones para Vaca Muerta son variables en la consideración del gobierno. Macri anticipó que durante 2017 se volcaría 5000 millones de dólares en la formación neuquina y en 2018 otros 15 mil millones, pero el ministro Aranguren acaba de estimar unos 3500 millones de dólares para este año y 10 mil para el próximo.